martes, 10 de julio de 2007

Haciendo la plancha

Cuando empieces a sentir que el mar en el que vivis comienza a revolverse y las olas son inmensas no le hagas frente...hace la plancha.
Ya va a llegar el bote que te ayude. Ese bote no traerá a alguien sino que traerá soluciones propias. Así por debajo tuyo podrán pasar olas que midan 10 metros de desilusión, 5 metros de fracasos, metro y medio de desgano, 3 metros de desesperanza, y el mundo sigue girando y los días siguen pasando...y la tormenta también pasa y el clima se calma. Porque nada es eterno, todo es dinámico, todo cambia, esa es la naturaleza de la vida. El día se hace noche y la noche, día.
Así que cuando las olas bajen acordate que volverán a ser inmensas alguna vez y cuando las olas sean inmensas volvé a hacer la plancha que el bote volverá lleno de enseñanzas y simplemente...habrá que aprender. Para eso estamos, no?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Algunas veces hay que hacer la plancha ... a veces hay que poner el pecho y nadar bien fuerte, otras tantas solo inflar los pulmones contener el aire y dejarse llevar. Si tenes ganas remar contra la corriente, pocas veces desesperarse y lo que estoy segura que no debemos es permitir hundirnos.
Quiero decir que no hay una sola opcion, no es que solo se puede hacer la plancha.
A veces la arena nos tapa el mar, otras el mar nos tapa los peces, y a veces nosotros nos tapamos los ojos. Siempre decidimos en cada momento de eso se trata si decido blanco es porque deseche negro, y esa elección no es arbitraria sino bien subjetiva.
En fin rema bien fuerte que el barco lo tenes en frente el viaje es largo y recien empieza te quiero.

Anónimo dijo...

ELIGE TU PROPIA AVENTURA! CHUICK

Anónimo dijo...

jajaja...me encanto Pepe!!!
Lola.