Si se acabaran las ilusiones

Este relato no es tan feliz, lo aviso con antelación. Pero necesito hacerlo, necesito compartirlo. Quizás pueda servirles para sacar la misma deducción.

Hace poco días he visto la transformación de alguien que ahogado en sus fantasmas y en la dominación de su mente ha hecho de su presente un costal de recuerdos. Este hombre de tan solo 59 años, así vive, recordando. Solo se amarga por los malos momentos vividos, solo recuerda a quienes ayer lo han dejado solo y vive alejándose de los que hoy quieren estar a su lado. Ya no quiere tener ilusiones, su mente se tragó sus ganas. Quedó envuelto en sus propios miedos y eso ha paralizado no solo su cuerpo sino todos sus sueños. Se ha convertido en su pasado, y si bien ha tenido lindas vivencias, solo ha quedado petrificado en lo que lo pone triste y lo añeja aún más. Una vez más este viejo me ha enseñado lo que no es debido hacer, abandonar las ilusiones y revivir día a día sus frustraciones.

Aprendí que si algún día se me apagaran las ganas de realizar mis sueños ya no estaría despierta. Removería todos los días los recuerdos y entraría en un círculo del que no será fácil salir. Viviría dentro de lo que ya no tiene forma ni sentido. Lo que pasó, pasó. Sea bueno, sea malo, sea un recuerdo agradable o el peor de todos, eso ya quedó atrás, no hay forma de volver a vivirlo, ni de poder solucionarlo.
Solo tendré en cuenta los recuerdos sumándolos como una porción de la que soy hoy y de la que seré mañana. Haciendo que cada uno de mis momentos vividos sean ladrillos que construyan mi presente y mi futuro.
Por eso, cito esta simple línea que una amiga me ha mandado en un bellisimo fragmento...
Siempre hay que soñar…incluso para seguir bien despierto.