lunes, 28 de mayo de 2007

La mirada de los otros


Esta es una pequeña narración que leí hace poco, su autor: un personaje, lo dejo en sus manos...y en sus ojos.

Se revolcó y desató hasta quedar completamente libre, se desprendió de todas sus ataduras, deshizo compromisos, ligaduras, alianzas y cuando creyó que al fin iba a declarar su libertad, se dio cuenta que todo seguía igual. Las cadenas estaban por dentro y todavía no era libre…seguía siendo la esclava que aprendió a ser. Fue una ingenua al creer que había conseguido su libertad dentro de la esclavitud de sus dueños. Todas esas reformas, no hicieron más que transformar sus dependencias en una libre esclavitud. Igualmente sabía que debía hacerlo, porque habían sido hechas en su estado extremo de esclavitud. Ahora tenía que deshacer su base fundamental: abandonar la mirada de los otros.
Desde pequeña su aprendizaje fue servir y complacer. A medida que el tiempo pasaba esa gran virtud mal utilizada se iba perfeccionando, hasta que se convirtió en un camaleón con miles de formas que encajaran y gustaran. Su mandato era ser aceptada.
Sabía que podía ser santa y puta, puta y puta, santa y santa, puta y santa, sabía que era capaz de encontrar la forma de ser amable y cariñosa o perra y ordinaria, podía ser la mas salvaje de las amazonas o la mas elegante de las damas.
Podía transformarse en lo que quisiera. Sólo tenía que ver en los ojos de los otros para saber qué esperaban de ella.
Podían llegar a amarla y a odiarle si quisieran.
Tenía miles de formas y ninguna, ninguna de ellas, era ella.
Un día cerró sus ojos y vió más allá de lo que veía, y despertó con sus ojos cerrados y vió a esa espectadora de sus personajes. La aplaudió pero la odio. Esos ojos no vieron vacío, ni silencio…solo ruido y desorden, lleno de trajes y máscaras, multitudes muriendo de risa y felicidad creyendo en ella o sufriendo porque eso quisieron, personajes fascinantes. Personajes de ficción con episodios reales, cada uno se encargó de herir, amar, sentir, vengar, sorprender, hacer feliz o llorar…hay víctimas que todavía siguen llorando, otras tantas todavía sienten alegría cuando piensan en ella… en todas partes ha dejado huellas, colores y sabores, inolvidables.

Pero ella ya lo sabe y está cerca de romper las cadenas. Ya ve más claramente y está a punto de encontrar la forma de deshacerse de ese maldito traje que la cubre de mentiras y la convierte en siervo de los otros, dejando su humanidad para transformarse en lo que los otros quieren. Lo descubrió.
Ella ya no será el reflejo de tus ojos, será ella misma y cuando vuelva a cerrar sus ojos verá silencio y vacío y estará en paz...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Catarsis.
Antes o despues el rio vuelve a su cauce :)

LC dijo...

Supongo que el personaje que escribió ese texto está cada vez más cerca del cauce del río.